TRANSFORMACIÓN DESDE
LA EVOCACIÓN.
El Papa Francisco planteó a los jóvenes “mantengan viva la alegría, es signo del
corazón joven, del corazón que ha encontrado al Señor... ¡Cómo no van a poder
cambiar esta sociedad y lo que se propongan! ¡No le teman al futuro! ¡Atrévanse
a soñar a lo grande! ” el soñar hace parte de la condición humana porque
permite que el ser humano mire con esperanza hacia el mañana, se vislumbre,
proyecte y forje; esta invitación efectuada por el Papa hace parte del proyecto
de vida posible de todo viviente, no hay desplazamiento sin horizonte, ni
cambio sin transformación, todo se puede desde que surja del corazón.
La invitación del Papa a los jóvenes debe ser
extrapolada a los maestros de Educación Religiosa Escolar y a quienes hoy optan
por serlo, hay que mantener la alegría para anunciar desde el aula de clase a un
Cristo vivo, que resucitó, para mostrar que el mundo puede ser mejor, si cada
uno es diferente, si cada ser humano apuesta por la humanidad.
No es posible ser maestros, sin hacer eco en la
vida del otro, de los otros. Aquellos que están en el salón de clase, también son
oprimidos, han sufrido, tienen una realidad, no son entes vacíos y carentes de
sentido; son seres que quieren construirse, caminar por la vida con optimismo,
celebrar su existencia con posibilidades y ver el mundo como una realidad fácil
de alcanzar.
Maestros, es hora de elevar las alas y demostrar
que el firmamento es tan amplio que no existe posibilidad de abarcarlo, pero que
se puede disfrutar de su belleza y resplandor, tengan en cuenta que el
conocimiento de igual manera es infinito y que no lo abordaran aún con
maestrías y doctorados, empero, es posible hacerlo útil, comprensible,
entendible y ante todo vivible.
Los estudiantes, los seres humanos que están ahí,
allí, allá, en cualquier lugar, en el contexto donde se desenvuelven necesitan
de un maestro humano, que movilice el saber para el bien y gestione la
condición educable para convivir con los demás a pesar de la diferencia, que
escudriñe en las entrañas para demostrar que los obstáculos son tan solo potencialidades
para llegar lejos, para tocar la cima y entonar un canto de victoria.
Finalmente, es importante comprender que el
maestro de Educación Religiosa Escolar debe estar transparentado por el
verdadero Maestro que es Jesús, a quien se debe imitar sin restricción porque
fue, es y será un ejemplo de vida. Si el maestro pierde la esperanza, siembra
tinieblas en quienes se forman; si corta sus alas, no ayudará a construir
sueños; si sucumbe ante el fracaso, construirá edificios sin cimientos y si
siembra sin confianza, cosechará desilusiones. Por lo tanto, es conveniente
arriesgarse, tener una visión prospectiva, mirar adelante con optimismo
teniendo como estandarte al hacedor de la vida para apoyar a quienes Dios les
ha puesto como semilla.
Mg. Carlos Andrés Médicis Lenis.